La novela gráfica no existe


Hace unos días tuve una discusión con una amiga sobre el concepto "novela gráfica". Ella decía que existía una diferencia entre los cómics y algo que, sin saber explicarlo muy bien, a pesar de ser dibujo con las mismas características que este, no era lo mismo. Aunque argumentaba que la llamada novela gráfica no era ni mejor ni peor que los cómics, sí que se notaba que esta diferencia estaba enfocada a la calidad o profundidad de algunas obras. 
Voy a ser claro con mi opinión al respecto, y espero que nadie se enfade. El término "novela gráfica" fue inventado para dar un motivo a que hubiesen obras dentro de la categoría "cómic", comúnmente enfocada al público infantil, que empezaban a llegar a público más adulto. Porque si tiene dibujos es para niños.
Esta dicotomía nace o se consolida con cómics (yo los voy a llamar así) como Maus (1977-1991), de Art Spiegelman, o Contrato con Dios (1978), de Will Eisner. Cómics que, a priori, parecen mucho más profundos, permitan que me repita, que, por ejemplo, cualquier historieta de superhéroes.


Dándole vueltas a esto, pensé en varias obras superheroicas que a mí me han parecido más adultas, transgresoras y profundas, que muchos cómics catalogados como novelas gráficas que he leído. Así que os voy a hablar de alguno de ellos.

Los revolucionarios


De las primeras veces que sentí que un cómic podía ser algo mucho más que mero entretenimiento fue con The Sandman (1989-1996), de Neil Gaiman. Es cierto que este personaje, en sí mismo, no es un superhéroe al uso, pero sí que nace de uno. Gaiman toma a Sandman y le da su propia visión, se adueña de él, y lo aleja, en parte, del mundo del superhéroe. Una obra llena de poesía visual que nos sumerge en un mundo onírico lleno de metáforas y referencias tan profundas que dudo que no pueda ser catalogada de adulta.


Alguien que no puede faltar en esta lista es el célebre Alan Moore, todo un referente en el mundillo por haber creado Watchmen (1986-1987), un cómic que nos habla de un grupo de superhéroes con muchos secretos detrás y que, alejándose una vez más, nos los mete en una historia más cercana a la novela negra o el pulp más puro, que a una historia de capas y poderes.


Y siguiendo con Moore, no puedo dejar de lado su etapa con La cosa del pantano que, a pesar de no haber tenido ocasión de leerlo aún, creo que es menester que aparezca aquí, pues también fue todo un revulsivo para el género en su día.



Pero sé que estoy haciendo un poco de "trampa", pues al fin y al cabo, todas estas obras tenían una clara intención de revolucionar, jugar y cambiar el género de una forma u otra. Pero, ¿qué pasa si cogemos a los héroes de toda la vida? ¿Podemos encontrar historias igual de profundas que estas?

Batman

Creo que ahora es el turno de que hablemos del superhéroe más serio de todos, el superhéroe atormentado por un pasado tan trágico y duro que no le deja sonreír. Ese no es otro que el famosísimo Batman. El murciélago cuenta con tantas historias tan densas y distintas al resto que podríamos hacer un post hablando solo de él, pero hoy nombraré solo un par, pues quiero seguir con otros personajes.


Cómics como El largo Halloween (1996-1997), La broma asesina (1988), o El regreso del Caballero Oscuro (1986), son de los mejores ejemplos para ilustrar la seriedad y adultez que demuestra este personaje. En estas historias, para nada alejadas de lo más intrínseco de un superhéroe, podemos encontrar temas tan importantes como en cualquier otra obra alejada del género. Además, creo que una de las mejores características del personaje es que no toma nunca al lector por tonto y falto de nivel cultural, sino que da por hecho que quien está leyendo estos cómics tiene la madurez suficiente para entender qué pasa en ellos.



Una vez más, alguien me podría echar en cara que todos los ejemplos que estoy usando son de la editorial DC Comics, que podría decirse, tiene un enfoque mucho más serio y oscuro que, por ejemplo, Marvel Comics, editorial más enfocada, a priori, al puro entretenimiento, y que en estos momentos es más famosa en el mundillo, gracias, en parte, a sus películas, de las que en algún momento hablaré aquí. Pues veamos qué podemos encontrar aquí.

Los eventos

Marvel ha estado en muchos momentos en situación de crisis, a punto de cerrar definitivamente, pero, afortunadamente, ha acabado saliendo a flote de una manera u otra. Uno de los momentos más memorables de este resurgimiento ocurrió con La saga de Fénix Oscura (1980), de los X-men. Una obra que nos habla de temas como la identidad o la manipulación, y que le dio al grupo un toque mucho más intenso de lo que antes era. Gracias a esta saga, Marvel logró resucitar cual ave fénix por primera vez, aunque no sería la única. 



Otro de los eventos importantes de la editorial es la famosa Civil War (2006). En estos cómics podemos encontrar una diversidad de temas enorme, siempre con un enfoque serio y adulto, como pueden ser la libertad de presa y la manipulación de esta, la autocracia, el derecho a la privacidad, etc.



Pero, de nuevo, ¿qué pasa si nos centramos en personajes que, además de estar en Marvel, encima tienen un enfoque, desde sus inicios, mucho más infantil-juvenil? ¿Podemos encontrar historias profundas ahí?

Spiderman

El hombre araña supuso un antes y un después en la industria comiquera pues, hasta entonces, las editoriales se empeñaban en que su público objetivo eran los adultos, y estos, por los motivos que nombré al principio, no consumían estas obras. Con Spiderman, el público cambió, ahora los niños y jóvenes tenían alguien con el que identificarse. Con este personaje llegaron temas mucho más centrados en las etapas primeras de la vida, temas que podrían tratarse como menores. Pero Spiderman cuenta con varias historias muy oscuras y profundas, de las que nombraré, de nuevo, solo un par.



Una de estas historias es Venom (1988),  en la que podemos ver el terror absoluto que siente Mary Jane, en esta etapa esposa de Peter Parker, álter ego de Spiderman, por Venom, contrapartida del héroe, pues este maltrató a MJ a unos niveles tan altos que le dejó un trauma irreparable. La violencia machista y el alienamiento son tratados de manera magistral aquí, siendo una de las etapas más oscuras y controvertidas del vecino y amigo Spiderman.



Otra de estás etapas oscuras las tenemos con La última cacería de Kraven (1987). Spiderman es un bocazas, eso lo sabemos todos, y sus comentarios fuera de lugar suelen enfurecer en demasía a cada villano con el que se cruza. Esto tiene consecuencias, y muchos de ellos toman venganza contra el arácnido por este motivo. Kraven fue uno de estos villanos que pasaron sin pena ni gloria y que un día decidieron rescatar y darle una profundidad mucho más seria. La obsesión y la locura son los temas claves de esta historia, y están tan bien entrelazados que el cómic te transmite una tensión constante digna del mejor thriller.



Los más nuevos

Para acabar me gustaría nombrar obras más recientes que han supuesto un cambio drástico en varios personajes y, por lo tanto, un cambio considerable para la editorial. La etapa de Dan Slott de She-Hulk (2004-2005) fue una adelantada a toda la ola feminista que vendría unos años después en el mundo cómic, con un personaje que no había tenido mucho protagonismo anteriormente, alcanzó las cimas del momento, siendo el primer gran cambio de la nueva era Marvel. A este cómic le siguió, entre otros, The Vision (2018) de Tom King, haciendo algo parecido al caso anterior.



Y por último, me gustaría nombrar la última gran obra de Marvel que he tenido la suerte de disfrutar, Hawkeye (2015) de Matt Fraction, una etapa que juega mucho con la narrativa del propio cómic, introduciendo elementos originales en cada nuevo capítulo y que, una vez más, trata temas muy serios y profundos (la palabra más usada del post).



Si después de haberles echado un ojo a estos cómics de superhéroes seguís viendo una diferencia con otras obras para seguir usando el término "novela gráfica", espero que me lo comentéis y argumentéis. Estaré más que dispuesto a llevaros la contraria.


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